El domingo pasado, como venimos haciendo, volvimos a La Casita a seguir con las labores de mejora que tenemos previstas. Cual fue nuestra sorpresa que las vecinas nos informaron de que
les habían cortado el agua el día anterior, y no por una avería. Intencionadamente.
Después de un largo rato hablando con ellas, ver que se habían tomado cartas en el asunto y se estaba reparando, entre todas decidimos empezar a construir unas estanterías para los cuentos que habían donado, que llenaban el coche de Pedro y necesitaban urgentemente un nuevo hogar y nuevas cabecitas de niños a las que llenar de aventuras.
Siguiendo con las reparaciones de mobiliario de la jornada anterior, acabamos de construir el sillón-mecedora ideal para echarse la siesta después de comer cus-cus, por ejemplo.
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¿cuántas personas hacen falta para reparar un sillón? |
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el famoso cus-cus marroquí |
Porque a cus-cus nos invitó Mohamed (gracias sobretodo a su mujer, que es la que se lo curró), y estaba tan bueno que no podíamos parar de comer, aun así sobró como para 4 voluntarias ó 2 con el hambre que teníamos nosotras.
Seguimos un rato más planificando las nuevas construcciones y mejoras en La Casita, centrándonos en la barandilla y la nueva rampa accesible que queremos desarrollar en los próximos días de trabajo.
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pensando la rampa accesible |
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charla entre vecinos |
Tras esto llegó la actividad estrella de la tarde: la charla de derecho al agua, que venía que ni al pelo ese día. Los especialistas en agua nos ofrecieron una visión muy interesante sobre el tema, con soluciones reales, factibles y dignas de acometerse, con un presupuesto que sacará los colores a la administración, demostrando que lo único que hace falta
para resolver el tema del agua y saneamiento en Cañada Real es interés y voluntad política.
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un montón de cuentos ya tienen sitio en La Casita |
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inicio de la presentación de derecho al agua
y saneamiento en el sector V de Cañada Real |
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